Las monedas comunes, como el peso o el dólar, dependen de una autoridad central, generalmente un banco nacional.
En teoría, estas monedas están respaldadas por las reservas de la autoridad central, que también toma medidas para limitar su devaluación.
Es decir, el valor del dólar tiene como respaldo las reservas de oro de Estados Unidos, así como otras medidas que toma el gobierno de Estados Unidos para sostener su valor.
Ahora bien, las criptomonedas no cuentan con el respaldo de ninguna autoridad central, y eliminan cualquier intermediario entre los usuarios.
Por tanto, en teoría, todo el valor de las criptomonedas se centra en la oferta, la demanda, y el compromiso de los usuarios con este tipo de moneda.
No existe mayor respaldo que asumir que los usuarios serán suficientemente racionales para impedir que una criptomoneda se devalúe de forma catastrófica.
Así, las criptomonedas que más se usen ganarán valor frente a otras que son de nicho.
Además, conforme más negocios -sobre todo grandes- comienzan a aceptar alguna de las muchas criptomonedas que existen, también ganan valor.
Eso sí, su valor es más fluctuante, y puede subir y bajar de forma acelerada, con picos enormes en ambos sentidos.
Justo por esto, se dice que las criptomonedas son “una moneda entre pares”, aunque -como ya hemos visto en otros momentos– esto tiene algo de engañoso.
¿Cómo se respalda?
Ahora bien, al ser monedas descentralizadas sin respaldo de un órgano central, necesitan algo más que el mero mercado como respaldo.
Y sí lo tienen, se trata de el sistema blockchain que termina por ser la forma de respaldar la autenticidad de las criptodivisas.
En pocas palabras, el software conocido como “blockchain” (o “cadena de bloques” en español), permite autentificar las divisas y hacer muy difícil robarlas.
El blockchain es básicamente una cadena de información que permite rastrear la “historia” de las criptomonedas.
Es decir, el blockchain tiene la función de ser el historial de la moneda digital, permitiendo saber de dónde salió antes de llegar a nosotros.
De forma sencilla, el blockchain almacena los datos relativos a las transacciones que se han realizado con las monedas: quiénes estuvieron involucrados y cuánto y cuándo se intercambió.
Estos datos pasan a formar parte de la cadena y son enviados a todos los usuarios que participan en las transacciones.
Al ser descentralizadas también son inestables
Eso sí, por más que tengan como respaldo el sistema blockchain, siguen siendo divisas muy inestables.
Al ser monedas que dependen de forma extrema de la percepción que tienen los inversionistas, ciertos actores suelen ayudar a que sus precios se inflen o se caigan.
Además, no es raro que los grupos financieros que poseen muchas criptomonedas muevan el mercado en su propio beneficio.
Basta recordar que, justo en las últimas semanas, se ha vivido una de las caídas de valor más fuertes para el conjunto de criptomonedas.
Por tanto, las criptodivisas son más un sistema de especulación financiera que una auténtica forma de generar ahorro.
Así que, como ya es costumbre recomendar, sólo recurre a ellas si estás dispuesto a entrar en el complejo mundo de la especulación financiera.
FUENTE: TELEVISA
