¿Qué es un activo financiero?
Los activos financieros son títulos o anotaciones contables que otorgan al comprador el derecho a recibir un ingreso futuro procedente del vendedor.
Los activos financieros pueden ser emitidos por entidades económicas (empresas, comunidades autónomas, gobiernos…) y no suelen poseer un valor físico, como sí ocurre con los activos reales (como pueden ser un coche o una casa). Además, a diferencia de los activos reales, los activos financieros no incrementan la riqueza general de un país y no se contabilizan en el PIB, aunque impulsan la movilización de los recursos económicos reales, y contribuyen así al crecimiento de la economía. Gracias a los activos financieros, el comprador consigue una rentabilidad con el dinero que invierte, mientras que el vendedor se financia. Los activos financieros son, en resumen, derechos que adquiere el comprador sobre los activos reales del emisor, y el efectivo que estos generen.
¿Y los no financieros?
Los activos no financieros, por su parte, son aquellos que obtienen su valor de las características que los definen (sus propiedades o rasgos) y no del cumplimiento de un acuerdo (o contrato). Se clasifican en:
– Tangibles: aquellos que pueden “tocarse” como, por ejemplo, una casa o un coche.
– Intangibles: aquellos que no pueden “tocarse”, como una patente o el derecho de propiedad intelectual de un producto.
Activos financieros: ¿qué características los definen?
Una de las características que definen a un activo financiero es su liquidez. Se trata de la capacidad de transformar el activo financiero en dinero sin sufrir pérdidas. El dinero es el activo más líquido, mientras que después se encuentran los diferentes tipos de depósitos y productos como bonos, fondos públicos u obligaciones, entre otros.
Además de su liquidez, otra de las características es el riesgo que lleva implícito el activo financiero, el cual se determina en base a las garantías que ofrece el vendedor y por su solvencia. A mayor probabilidad de que el vendedor cumpla con su compromiso, menor rentabilidad del activo financiero.
Y es esta, la rentabilidad, la última característica del activo financiero. Como contraprestación por aceptar el riesgo de la cesión de su dinero, el comprador obtiene un interés. Cuanto más elevado, mejor será la rentabilidad del activo financiero.
¿Qué tipos de activos financieros existen?
La clasificación de los activos financieros puede ser:
– Renta fija: los activos financieros de renta fija son aquellos que emiten administraciones públicas o empresas. Los primeros se caracterizan por su menor riesgo, debido al gran respaldo financiero de las entidades que los emiten, que se comprometen a devolver el capital invertido al cabo de un período de tiempo previamente establecido y una cierta rentabilidad. Como ejemplos de este tipo de activos financieros (a renta fija) se encuentran, por ejemplo, las letras del tesoro o los pagarés de empresas.
Según su plazo de vencimiento
En base a su plazo de vencimiento
– Activos monetarios y a corto plazo: su contrato se amortiza en un plazo de tiempo corto (generalmente menos de un año) y suelen ofrecer rentabilidades más bajas (dado que se asume un menor riesgo con este tipo de activo financiero). Un ejemplo de activos financieros a corto plazo son los depósitos.
– Activos a medio y largo plazo: se trata de activos financieros con una duración superior a doce meses y que presentan más riesgos (por la posibilidad de fluctuación del valor al ampliar su plazo de vigencia) y, también, ofrecen una mayor rentabilidad.
¿Qué diferencia a los activos y pasivos financieros?
Son varias las diferencias entre los activos y los pasivos financieros, siendo la principal, y más destacable, que los primeros van a generar un ingreso, aumentando la riqueza, mientras que los segundos van a suponer un gasto, reduciéndola. Es por esto que, en la mayoría de los casos, se recomienda la adquisición de activos financieros, evitando la “posesión” de pasivos.
¿Y a los activos reales y financieros?
Son 3 las principales diferencias entre un activo real y uno financiero. En primer lugar, y al tratarse de un activo no financiero, el activo real se valora en base a sus propiedades y no en función de un acuerdo o contrato (como el activo financiero). En segundo lugar, los activos reales son físicos, a diferencia de los financieros (que no lo son). Por último, y como hemos avanzado en la introducción, el activo financiero no hace que la economía de un país se incremente (y que aumente el PIB), algo que si consigue el activo real.
FUENTE: BBVA